Al aprovechar la oportunidad de transformar los procesos comerciales y mejorar el ciclo de vida de sus transacciones financieras, los bancos pueden satisfacer las necesidades de sus clientes de manera más efectiva, ya sea reduciendo los tiempos de procesamiento de pagos, proporcionando a los clientes corporativos información más detallada y en tiempo real sobre sus inversiones, o satisfaciendo las exigentes necesidades de particulares con grandes patrimonios.